¿Puede un menor elegir con qué padre quiere vivir?

Hay una respuesta sencilla a la pregunta de si los menores pueden elegir con cuál de sus padres quieren vivir, y es que no pueden hacerlo. Hasta que el niño no cumple 18 años no tiene la capacidad legal para tomar esta decisión por sí mismo. Sin embargo, no es tan sencillo, porque una vez que el niño cumple 14 años, el tribunal tendrá en cuenta sus preferencias razonables al respecto. Si tiene inquietudes relacionadas con Si tiene problemas de responsabilidad parental y tiempo de crianza (anteriormente llamado custodia de los hijos), no espere para consultar con un abogado de divorcio con experiencia en Illinois.

La posición del Tribunal

Cuando el tribunal interviene en la toma de decisiones sobre el tiempo de crianza y la responsabilidad parental, lo hace por el interés superior de los niños involucrados. Dado que en general se acepta que los niños están mejor cuando pueden pasar una cantidad considerable de tiempo con ambos padres, el tribunal intenta maximizar el tiempo que los niños pasan con cada uno de ellos. En su esfuerzo por descifrar el interés superior de los niños involucrados, el tribunal toma en consideración una variedad de factores, entre ellos:

• Cómo se adapta cada niño a su escuela actual
• La salud física y mental de cada niño
• El grado en que cada padre participa en la vida de sus hijos
• La distancia que viven los padres uno del otro
• Las preferencias razonables de cada niño sobre el tema.

En otras palabras, la preferencia del niño puede tener un papel, pero la cuestión de con quién vivirá el niño no se basará únicamente en esta preferencia. Una de las funciones principales que cumple un padre es tomar decisiones importantes en nombre de sus hijos, y atenerse por completo a las preferencias de un niño pasa por alto el razonamiento que hay detrás de recurrir en primer lugar a las decisiones de padres maduros.

A la edad de 14 años

Si un niño ha cumplido 14 años y el tribunal considera que es lo suficientemente maduro como para intervenir en el asunto, es probable que el juez tenga en cuenta las preferencias del niño con respecto a con cuál de sus padres le gustaría vivir. Dado que las preferencias de un niño pueden influir en su interés superior, es poco probable que el tribunal las ignore o las excluya por completo. Si el juez en cuestión cree que las preferencias del niño no son las que más le convienen o si sospecha que son el resultado de una manipulación emocional por parte de uno de sus padres, el tribunal tiene el derecho absoluto de anular las preferencias del niño (independientemente de su edad).

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